Finés y nacido
a pocos kilómetros de la llamada Atenas de Finlandia, Jyväskila, que es también
la zona cero del rallye nacional, no era de extrañar que el joven Tommi naciese
predestinado para ser un futuro campeón del mundo de rallyes. Lo cierto es
que en su momento nadie pudo prever su potencial, y más teniendo en cuenta su
relativa tardía entrada al campeonato, y
es que ni diez años transcurrieron desde aquella primera victoria con el Escort
Cosworth al año de su retirada.
Con Ford en Finlandia (1994) |
Las buenas
actuaciones que había atesorado en los deslizados terrenos finlandeses en los
primeros años de la década de los noventa le valieron la llamada de Ford para
formar parte de su equipo oficial en el de aquella aún conocido como rallye de
los 1000 Lagos, en el 94. Y Tommi no desaprovechó
la oportunidad de su vida, ganó el rallye, y los avezados dirigentes de
Mitsubishi (a la cabeza, Andrew Cowan) lo eligieron para su proyecto.
En el primer
año de adaptación, Tommi ya fue dando muestras de su potencial, hasta el punto
incluso de casi provocar un cisma en
Mitsubishi, al obligar a dar órdenes de equipo para que su compañero Eriksson
ganase en Suecia. Lo cierto es que a lo largo del año Kenneth fué más rapido,
pero la marcha de éste a Subaru para el 96, iba a dejar a Mäkinen como jefe de
filas para esa temporada.
Rallye Catalunya Costa brava (1997) |
Y llegó el 96,
y con él, el inicio de un largo binomio Mäkinen-Lancer. Se coronó campeón con cierta
facilidad y a este cetro le siguieron otros tres, más o menos disputados, pero
finalmente conseguidos. Ganó en multitud de superficies, no sólo en nieve y
tierra como era de esperar por su origen. Quizás las espinas que se lleve
clavadas sean el no haber ganado ni en el RAC ni en el Acrópolis, a pesar de sí
haberse subido al podio.
Para el 2000
las cosas cambiaron, Peugeot irrumpió, y la falta de competitividad del vetusto
Lancer grupo A ante los modernos WRC lastraba a la marca nipona. A esto hubo
que sumarle la última parte de la temporada 2001, con el estrepitoso fracaso del
Lancer WRC, circunstancias éstas que marcaron el ocaso de un campeón. Así las
cosas David Richards le hizo un sitio en Subaru para cubrir el vacío de su
otrora aprendiz Richard Burns.
Pero las cosas
en la marca de las Pléyades no fueron todo lo bien que se presuponían, y un joven
Petter Solberg, con su fogosidad juvenil, estuvo muy por encima de Tommi, quién
se limitó a cumplir su contrato pero nunca más volvió a ser el que un día fue.
Para el recuerdo de sus años azules, la victoria en su debut en Montecarlo, no
exenta de suerte ante la penalización del extraterrestre que años más tarde iba
a destrozar su récord de cuatro títulos seguidos.
Tuvo el gran Mäkinen varios compañeros de viaje; sus primeros éxitos vinieron de la mano de Seppo Harjane, un veteranísimo compatriota curtido en mil batallas con el que obtuvo sus dos primeros títulos. Ante la retirada de éste se cambió al impronunciable Risto Mannisenmäki, con el que probó las mieles de la victoria y las hieles de un espectacular accidente que obligó al copiloto a retirarse de la élite, además de afectar psicológicamente a Tommi, quién después de ese aparatoso choque no fue el mismo de siempre. A raíz de ese golpe, Mäkinen terminó sus años en el mundial con Kaj Lindström, curiosamente ex de Tapio Laukkanen, al igual que Risto.
Hoy en día,
Tommi Makinen se dedica a su empresa de preparación de Subarus (TMR) en Pappuola, su
localidad natal, y se está ganando un reputado prestigio con ello. Además,
recientemente ha participado como course car (coche 0) en su querido Mil Lagos
(ahora Finlandia), después de haberse especulado mucho con su participación en
la carrera.
Para la próxima, otro finés con 4 títulos...
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