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viernes, 27 de septiembre de 2013

Sebastien Loeb - 9 Campeonatos del mundo consecutivos (2003 - 2012)


Procedente de Alsacia, una bella región siempre en litigio entre francos y germanos, además de una fértil tierra para el cultivo de buenos vinos, Sebastien Loeb es, por el momento y por atrevido que suene, el mejor piloto de rallyes de la historia. De una frialdad casi nórdica, la escalada de Loeb en la complicada montaña de los rallyes es, cuanto menos, digna de admirar. A esto hay que sumarle su pasión por la velocidad, la cuál no sólo se ha limitado a los rallyes sino que ha tocado otros variados palos, dejándose querer por la F1, por los prototipos de Le Mans y por el embrujo del Pikes Peak. Y para el año continúa, con su participación de la mano de Citroën en el mundial de turismos.


Resumir la vida y milagros de Sebastien Loeb resultaría sencillo poniendo sobre la mesa todos los títulos y récords de los que el ex-gimnasta alsaciano ha ido haciendo acopio durante las temporadas en las que ha estado dominando de manera casi insultante el campeonato mundial de rallyes. Pero como esos datos se pueden consultar en cualquier base de datos, en este blog intentaremos hablar desde otra perspectiva.
Test con SEAT (¿2000?)
La realidad es que Sebastien Loeb, más allá de la persona, es el triunfo de un modo de realizar las cosas. Es la victoria de, por un lado la Federación Francesa de Automovilismo con sus magníficos programas de ayuda para jóvenes pilotos, y por otro del empecinamiento de una marca, Citroën, en mimar a Sebastien y acogerlo bajo su seno. Él ha correspondido a esa gratitud cumpliendo estricta fidelidad a los dos chevrones, salvo unos pequeños escarceos, otorgándoles la creación y posterior desarrollo de máquinas imbatibles. En la recopilación de méritos no podemos dejar de lado a varias personas que han hecho mucho por la carrera del campeón francés. Una es Dominique Heintz, su descubridor, más tarde ouvrier y por último co-director de su equipo en el campeonato FIA de resistencia. También Didier Auriol, quién le dió soporte para realizar dos rallyes con un Corolla WRC y mencionar además a Guy Fréquelin, quién le dió sucesivas oportunidades en el equipo que dirigía, y que Sebastien nunca desperdició.
Cómo no, capítulo aparte se merece la importante mitad siempre olvidada de los rallyes, los copilotos. Daniel Elena, su compañero, con el que ganó sus 9 mundiales y el mundial S1600. Un monegasco de ascendencia gallega, que incluso se permitió realizar sus pinitos como piloto, que formó parte de un binomio imbatible y que sin duda alguna tiene ya su parte importante en la historia de los rallyes.
Deportivamente, del alsaciano se pueden decir muchas cosas, pero siempre se le achacó que no tuvo rivales. Sí que los tuvo, y corrieron mucho para batirle, con accidentales resultados las más veces. En tres ocasiones permitió que le disputasen un campeonato, en 2006 un desgraciado accidente de bicicleta de montaña dejó a Grönholm sin rival para las seis últimas carreras, y ni así. El año de su retirada Marcus le disputó el campeonato, pero se la pegó en Irlanda. Y en 2009 una serie de catastróficas desdichas impropias en él (accidente en Polonia y en Grecia) permitieron a un inspirado Mikko llegar con opciones de título al último tramo de Gran Bretaña, pero le pudo la presión. Los otros campeonatos los ganó antes de la carrera final, e incluso estuvo a punto de ganar en 2003 si Citroën no lo parase para ganar el mundial de marcas. Decisión que por cierto acató con bastante templanza, cuando por lo general estas situaciones los grandes campeones no las suelen tolerar.
En 2003, Colin, Seb, Carlos y Guy
Precisamente ese 2003 se merece un capítulo aparte, el joven Loeb fue el primer elegido por Citroën para la primera temporada completa de la marca francesa en el WRC y a su lado colocaron nada más y nada menos que a Colin McRae y Carlos Sainz. Seb no se arrugó y los superó, confirmando todas las expectativas que en él estaban puestas.
Desde su fulgurante estreno con el Xsara WRC en el Sanremo 2001 (Panizzi aún debe estar alerta ahora), Loeb ha ganado en todos los terrenos. No hay rallye en el qué no haya pasado por el primer puesto del podio ya fuese sobre nieve, gravilla, barro y su preferida, el asfalto. La única pena, la caída del mundial del Safari, que nos ha privado de verlo ganar en África.

Su sucesor
Su rallye fetiche, sin duda Alemania. Ganó todas las ediciones en las que el rallye puntuó para el mundial, excepto una, 2011. Y es que ese año apareció la horma de su zapato, otro Sebastien francés, pero de Gap, que le dió más de un quebradero de cabeza. Pero Ogier tendrá su propia entrada, que bien que se la merece...


Para terminar, un vídeo tributo de Loeb, por Antti Kalhola

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